Los cineastas Pinky Pintor, Algilberto Meléndez, Leticia Tonos, Elsa Turull y René Fortunato vieron un antes y después con la promulgación de la Ley 108-10 de Fomento a la actividad cinematográfica en República Dominicana. De hecho, promueve incentivos, capta inversión extranjera y apoya a productores dominicanos para realizar su audiovisual bajo el Artículo 34.

Sin embargo, el financiamiento sigue siendo el principal desafío para el cine en República Dominicana. “Lograr que los inversionistas crean en el audiovisual sin que exista y lo financien para hacerlo realidad, es algo extraordinario”, aseguró la cineasta Nicole Quiñones .

Violeta Lockhart, copropietaria de Minervas Producciones, afirmó que uno de los desafíos de emprender es utilizar la creatividad para financiar los documentales.

“Tratándose de una ópera prima (Rosa, 2013) que trata temas de la política y los movimientos sociales actuales, hemos estado participando en fondos, talleres, desarrollamos campaña de crowdfunding y alianzas estratégicas para salir adelante con el financiamiento”, explicó.

De acuerdo con la cineasta, el audiovisual surgió por la necesidad de crear “algo nuevo”. No obstante, aclaró que los costos en los cortometrajes no son reales, pues hubo presupuesto que fue trabajo en especie. “Con los cortos empiezas emocionando a un crew con una buena historia, siendo la mayoría de las personas que donaron sus talentos”, sostuvo. Mientras, “Lo que pudo haber sido” (2016) contó con una autofinanciación de RD$150,000.